martes, 5 de enero de 2010

McLuhan: la tecnología como extensión del ser humano

por Omar Villarreal

por Omar Villarreal Salas

En la segunda mitad del siglo XX, Marshall Mcluhan, revolucionó la forma de comprender la tecnología con su controvertida teoría. Según él, los medios tecnológicos funcionan como una extensión del hombre, es decir, le permiten extender sus capacidades más allá de sí mismo. Por ejemplo, la rueda es una extensión de la capacidad de desplazamiento, el martillo es una extensión de la fuerza del brazo, la ropa es una extensión de la piel. Bajo esta perspectiva, la noción de lo que es un medio tecnológico se amplía más allá de los medios físicos o materiales. Por ejemplo, el calendario es un instrumento que permitió a las primeras sociedades agrícolas organizar y controlar la producción económica. Asimismo, la invención del alfabeto permitió fijar el lenguaje por escrito, extendiendo así la memoria histórica de todo el género humano. Mas aún, los medios creados por el hombre no son instrumentos aislados entre sí, sino que constituyen un sistema de instrumentos: el alfabeto es un instrumento específico que extiende a otro instrumento humano: el lenguaje, y a su vez la imprenta de Gutenberg se adhiere al sistema de instrumentos creado para extender las capacidades expresivas del lenguaje humano.

En este sentido, Mcluhan concibe los medios electrónicos de comunicación como una extensión de las capacidades expresivas del hombre, pero también de su sistema sensorial: La radio y la televisión extienden nuestra capacidad de percibir sonidos e imágenes a través de largas distancias.

McLuhan: el medio es el mensaje

Con esta frase McLuhan buscaba poner el acento en que lo que verdaderamente transforma todos los aspectos de la vida humana es el medio en sí mismo y no aquello que transmite. Cada medio creado por el hombre, es decir cada nueva tecnología se inserta en un sistema de instrumentos específico y crea una serie de transformaciones que impacta el total de las actividades humanas. Por ejemplo, la imprenta de Gutenberg y la tecnología del libro abrieron el camino a los ilustrados para reproducir en múltiples copias el saber humano, cuya producción estaba concentrada antes en manos de la elite religiosa. La imprenta puso al alcance de muchos, las ideas que dieron sustento a las grandes transformaciones políticas y económicas de la modernidad. Liberó el conocimiento de las viejas estructuras que lo administraban a favor de la monarquía y de la iglesia. La sustitución del Estado monárquico por el Estado tripartito, no hubiera sido posible sin las tecnologías de la imprenta y la capacidad de propagar el saber a una capa más amplia del conjunto humano, y es en este sentido que las tecnologías de la información que ha creado el hombre han contribuido a construir el ideal democrático de la humanidad.

Pero las tecnologías creadas por el hombre también transforman el conjunto de la actividad humana en la medida en que, para propagarse y extender su uso en capas cada vez más amplias del conjunto humano, tienen que generar un “medio” o “ambiente” propicio. Las tecnologías de la imprenta, dieron origen a herramientas como los sistemas alfabéticos y numéricos para organizar y acceder al gran volumen de información y conocimientos que éstas mismas generaron. La enciclopedia, la creación de la biblioteca, o la necesaria alfabetización de una población como meta educativa de un gobierno, son claros ejemplos de los ambientes o sistemas que una tecnología específica, en este caso la imprenta, crea para extender su uso a una capa mayor del conjunto humano.

McLuhan: Las tecnologías de la información configuran tres etapas de la humanidad

Siguiendo a McLuhan, a lo largo de la historia humana se configuran tres etapas, según las tecnologías relacionadas con el lenguaje y la información: a) La etapa oral o prealfabética comienza con el origen del hombre y sus organizaciones sociales primitivas y queda sellada por la invención y propagación del alfabeto, es decir, de la escritura. En esta etapa, la oralidad (palabra hablada) es de vital importancia, pues es el medio más importante para propagar el saber y construir una memoria histórica colectiva. 2) La etapa alfabética extiende la memoria histórica y la creación de conocimientos al poder ser no sólo fijados en la escritura, sino también propagados y compartidos entre los diferentes grupos humanos. El sello característico de esta etapa es la invención de la imprenta, que lleva la propagación del saber humano a caminos nunca imaginados por las primeras sociedades alfabéticas, acelerando su distribución y por lo tanto acelerando su producción. 3) La etapa electrónica va desde la invención del telégrafo a la Internet. Los medios de propagación del saber se vuelven eléctricos primero y más tarde electrónicos, por lo que a diferencia del papel y la tinta, permiten la comunicación y distribución del conocimiento de forma instantánea y a través de largas distancias. En este contexto enmarcamos hoy las nuevas tecnologías de la información.

McLuhan: las leyes de los medios

Para concluir este marco teórico es necesario exponer la sencilla metodología que McLuhan describió para desentrañar los cambios que una nueva tecnología introduce en el conjunto de la actividad humana.

Según McLuhan, todo medio tecnológico necesariamente extiende una capacidad del hombre o de algún sistema de instrumentos ya creado por el hombre. Como consecuencia de esta extensión el medio introducido, reemplaza, es decir vuelve obsoleta una parte del sistema, lo que no significa que se extinga. A su vez, recupera alguna práctica, tipo de organización o ambiente generado por los instrumentos del pasado. Finalmente revierte algún ambiente generado por los mismos.

Por ejemplo: la imprenta extendió la capacidad expresiva del lenguaje y la propagación del saber (extensión), desbancando el dominio de los medios orales, como la conferencia o la cátedra universitaria (obsolescencia), más no extinguiéndolos. A su vez recupera prácticas elitistas, como aquellas que se vivían en las sociedades tribales en las que un grupo de notables “leídos” estaban en mejores condiciones de hablar o decidir por los demás. Aquí es donde nace la figura del intelectual ilustrado (recuperación). Finalmente revierte la construcción colectiva del conocimiento que es posible desarrollar en un debate, en un aula o en un diálogo o conversación, para individualizar este proceso en la lectura del “libro” (reversión).


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